
Serrania del Sorte
Edo Yaracuy
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En Venezuela existe lo que se conoce como la Montaña de Sorte, concretamente en el Estado Yaracuy, que es uno de los 23 Estados de Venezuela, está situada en la zona centro-norte venezolana, siendo sus límites al norte con Falcón, al sur con Portuguesa y Cojedes, al oeste con Lara y al este con Carabobo y Cojedes.
Su nombre le fue dado en conmemoración al bravo Cacique Yaracuy, habitante de las márgenes del principal río del estado. La capital es San Felipe, fundada en 1732, y cuyo nombre fue dado en honor al rey de España de esa época, Felipe V.
El Estado Yaracuy está situado en tres de los nueve ámbitos en los cuales se ha dividido nuestro país, Efectivamente, la mayor parte del estado pertenece a la Cordillera Central, toda la región donde se encuentran Nirgua, Chivacoa, Urachiche, Guama y Aroa. En el Sistema Coriano se encuentra su capital, San Felipe y Albarico y el resto del estado se considera situado en la región de Los Llanos.
La vegetación del estado depende de cada una de esas tres divisiones en donde se encuentre y que mencionamos anteriormente.
El relieve del Estado Yaracuy, por la misma razón de estar ubicado en tres de las nueve regiones del país, tiene un relieve bastante variado y por lo tanto también, clima y vegetación, diferentes; efectivamente, tiene montañas, sierras, llanuras o planicies y depresiones o valles.
La montaña de Sorte, es el asiento, morada principal de la Reina María Lionza, del Cacique Guaicaipuro y el Negro Felipe, que forman las tres potencias o las cortes más altas, en la jerarquía de las entidades espirituales, a los que rinden culto los Marialonceros ó Espiritistas y Santeros. Ahí se realizan muchos rituales, se producen muchos fenómenos sobrenaturales que todavía, la ciencia, algunos de ellos no pueden explicarlos.
Concretamente a ella llegan miles de personas de todos los estados del país al culto a María Lionza, que como se sabe, se remonta al tiempo previo a la llegada de los españoles a territorio venezolano en el siglo XV.
Los indígenas que habitaban lo que hoy se conoce como el Estado Yaracuy, veneraban a Yara, Diosa de la Naturaleza y del Amor. De hecho, según algunos lingüistas, el vocablo Yaracauy significa: "lugar de Yara". De acuerdo a la descripción que los indígenas hacían de Yara, ésta era una mujer de grandes ojos verdes, pestañas largas y amplias caderas. Teniendo un aroma a orquídeas, su sonrisa era dulce y melancólica, los cabellos lisos y largos hasta la cintura, con tres hermosas flores abiertas tras las orejas.
Según la leyenda, Yara quien era una hermosa princesa indígena, fue raptada por una enorme culebra dueña de las lagunas y los ríos, que se enamoró de ella. Enterados los espíritus de la montaña de lo hecho por la culebra, decidieron castigarla haciendo que se hinchara hasta que reventara y muriera. Tras esto, eligieron a Yara como dueña de las lagunas, ríos y cascadas, madre protectora de la naturaleza y reina del amor. El mito de Yara sobrevivió a la conquista española, aunque sufrió algunas modificaciones. En este sentido, Yara fue cubierta por la religión católica con el manto de la virgen cristiana y tomó el nombre de María Isabel del Nirbar de Prado de Talavera. Sin embargo, con el paso del tiempo, sería conocida como María de la Onza, o sea, María Lionza.
La Montaña de Sorte tiene unas 4.000 hectáreas están cubierta de bosques vírgenes que fueron declarados Monumento Natural el 18 de marzo de 1960, y presenta un escenario; paisaje muy interesante, además de su río interno que la alimenta, pozos de agua, pequeñas cascada y saltos de agua.
Los día de mayor concurrencia son la Semana Santa y el Día de la Raza que se celebra el 12 de octubre, son las fechas donde las peregrinaciones a la montaña de Sorte se hacen más numerosas.
Se dice que el monumento no es más que la misma selva, a través de la cual se ve gente caminando, gente con torsos desnudos, gente con collares y pañoletas en la cabeza, gente fumando tabaco, gente rezando y practicando sus rituales.
Los troncos de los árboles son las columnas de este inmenso salón de adoración de paredes invisibles, apenas sugeridas con amarres de cuerdas a manera de parcelas sucesivas.
Los devotos acuden allí con el fin de hacerle peticiones a María Lionza, las cuales pueden ir desde la cura de enfermedades y la solución de problemas de amor, hasta la obtención de riqueza o poder y donde limpiaran sus cuerpos y auras espirituales.
Se cuenta que los piache de la tribu Nirgua les confesó un terrible presagio: la hija de alguno de sus caciques nacería con los ojos verdes, al ver su reflejo en las aguas de la laguna, por el doble hueco de la imagen brotaría una monstruosa Anaconda, que sería el fin y la ruina de los Nirguas. La tribu estuvo alarmado largo tiempo, y cada vez que nacía una hija de algún cacique, en lo primero que se fijaban era en el color de sus ojos.
Llegó el nacimiento de la profetizada niña y creció al cuidado de sus padres, un día se escapó y miró su reflejo en el río, al tiempo que las aguas comenzaron a ponerse turbias y la niña fue tomando forma de anaconda. Las aguas se desbordaron y arrastraron todo a su paso. Hoy esa niña es la venerada María Lionza Diosa de las aguas y Madre de la Naturaleza.
Lo cierto, que cuando uno visita esta montaña se observan tanto sucesos, algunos paranormales plenos de misterios, que hacen de esta montaña interesante de estudiar y determinar el por qué de tantos hechos, creencias, fe que pueden generar sucesos paranormales. Si tiene la oportunidad vaya a ese lugar y compruébelo usted mismo.